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¿Cómo puede ayudarte un psicoanalista?

Si estás pensando en comenzar una terapia te animo a descubrir como puede ayudarte un psicoanalista. Para ello te invito a pensar esta manera de entender las dificultades y el modo de abordarlas para poder ayudar a quiénes sufren y están dispuestos a emprender un recorrido que les permita sentirse mejor.

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Porque el Psicoanálisis es un método psicoterapéutico que:

  • Ofrece una explicación compleja y coherente del funcionamiento del psiquismo y de su desarrollo en las distintas etapas de la vida de una persona.

  • Busca comprender desde las situaciones frecuentes de la vida cotidiana hasta las patologías más profundas en un gradiente continuo. Esto implica entender las dificultades humanas más allá de las etiquetas diagnósticas  meramente descriptivas, que apartan en patología y normalidad.

  • Incluye la comprensión del inconsciente, tan revolucionario en su época que hoy en alguna medida todos conocemos. ¿No se ha preguntado alguna vez porqué repite algo que le provoca sufrimiento? Tal vez porque el inconsciente afecta en la manera en la que entendemos el mundo y nos relacionamos a pesar de no ser conscientes de ello.

¿Cómo conocemos el inconsciente?

El inconsciente funciona todo el tiempo pero accedemos a conocer algo de él por ejemplo cuando soñamos. En el dormir se elude la censura. Soñamos siempre, pero no en todos los casos lo recordamos. Accedemos también al inconsciente cuando tenemos un lapsus en el lenguaje, un acto fallido (hacer algo que no teníamos la decisión consciente y racional de hacer), en la creación artística, en el chiste y también en los síntomas. (Señales de malestar, dificultades)

¿Qué significado tienen estas manifestaciones del inconsciente?

¿Qué nos dicen? ¿Qué nos muestran? En principio no tienen un significado previo establecido, no se trata de una cuestión de desciframiento simbólico ajeno al sujeto. Sino que es la vía de acceso a la comprensión de la propia singularidad, que permite conocer nuestros aspectos más profundos. Por ello ante una señal de malestar como el síntoma estamos convocados a conocernos, acallar o aplacar el síntoma nos impide entender porqué nos pasa lo que nos pasa, cuáles son nuestros deseos -hasta los que más dificultades nos provoca asumir- y a través de éste conocimiento más fecundo recobrar una mayor libertad en nuestras decisiones.

¿Por qué no es suficiente una actuación correctora concreta que aplaque el síntoma?

Porque deja a la persona ajena a la comprensión del núcleo o la raíz que origina el malestar. Cada dificultad para el psicólogo es un síntoma – una señal que muestra que algo no va bien- sea éste una apatía acentuada, una profunda tristeza o una irritabilidad excesiva; sólo tendrá sentido entendido como una manera personal y única de mostrar el sufrimiento. Los síntomas no son casuales o aislados totalmente a la causa interna de un conflicto psíquico que lo origina.

Un síntoma puede ser fiebre (ansiedad). La manera de acallarlo tomar un analgésico antifebril (ansiolítico). Necesario a veces para que la dolencia y el malestar no sea excesivo. Pero el núcleo que lo origina sigue intacto que es  la infección, a la que hay que estar pendientes de que puede mostrar, que la genera, insiste, se transmite a otras zonas. En el caso del paralelismo con la ansiedad hay mucho más por comprender: ¿A qué ansiedad remiten?, ¿Qué tiene la situación actual que sirve de detonador?, ¿Por qué ahora?

De una manera simple esquemática algo así pasa con el sufrimiento psíquico también y por ello al utilizar medidas correctoras, pedagógicas, reeducativas -ortopédicas, ajenas al sujeto- acallamos por un tiempo el malestar pero suele ser frecuente que en un tiempo posterior aparezca nuevamente el mismo síntoma, otro o agravado. ¿Por qué ocurre? Porque el síntoma es una formación de compromiso, algo que puja por salir desde el inconsciente, se encuentra obstaculizado por la censura -represión- y sale bajo la forma que puede.

¿Qué es necesario para una terapia psicoanalítica?

  • Tener una cierta actitud de tolerancia al dolor psíquico y mental. Para no tentarse de acallarlo apresuradamente hay que tener ciertas posibilidad de tolerar el sufrimiento y angustia dentro de uno. Sino es el caso puede ser más conveniente otro tipo de ayuda psicoterapéutica.

  • Estar dispuesto a iniciar un proceso de búsqueda personal. Deseoso de saber sobre le ocurre ¿Por qué a mi?, ¿Por qué esto?, ¿Por qué ahora?. Ser propicio a reflexionar y conocer algo más sobre lo que con el padecer está mostrando. Favorable a transmitir sus propias teorías sobre momentos de su vida, formas de relacionarse que de alguna manera siente que están comprometidas con lo que le sucede.

  • Poder encontrarte con un profesional que te escuche, que reciba lo que le está pasando, que pueda contener esa angustia y dispuesto a acompañarle en el proceso de búsqueda.

  • Estar dispuesto a transitar un camino en un vínculo entre dos personas, paciente y psicólogo. En el que juntos recorren un camino que de entrada no se puede saber cuanto tiempo va a llevar.

  • Es un método que exige un compromiso de ambas partes, con una intensidad y frecuencia diferente a la de otras terapias. Necesita de una secuencia donde se pueda hablar una problemática un día y se pueda retomar en un tiempo breve, es necesario. Un tiempo que no puede estar determinado de antemano. En la actualidad marcada por la eficiencia y la productividad, lo urgente puede llevar a descuidar lo importante.

  • Querer ser parte de la solución de los conflictos, para que así de una manera personal buscar sus propias soluciones. Estar decidido a iniciar un viaje en y a la intimidad. Intimidad que en la época que vivimos no todos están dispuestos a dar y buscan opciones más distantes, estandarizadas, homogéneas en u intento a mantener los vínculos afectivos acotados.

Lic. Leonardo Paradela

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